Como cada sábado, voy a detenerme en alguna de las muchas calles que conforman nuestro Distrito Cerro-Amate, el segundo más grande de toda Sevilla, para conocer un poco más de su nomenclatura. En el día de hoy la calle seleccionada es José María de Pereda, situada en el Barrio Cerro del Águila.
José María de Pereda y Sánchez Porrúa, nació en Polanco el 6 de febrero de 1833, fue novelista español del periodo realista, participando también como político afiliado al Carlismo.
Sus padres fueron Juan Francisco de Pereda y Bárbara Josefa Sánchez Porrú, su madre era de Comillas y su padre de Polanco, ambas localidades de Cantabria. Se casaron siendo muy jóvenes, de forma que llegaron a tener 22 hijos. Inicialmente vivieron de la agricultura y de la ganadería en el pueblo natal, donde el autor cursó los estudios de educación primaria, hasta que se trasladaron a la capital Santander para que José María pudiese preparar su ingreso en el Instituto Cántabro de la calle Santa Clara.
Terminados los estudios de Humanidades, se trasladó a Madrid con intención de cursar los estudios preparatorios del ingreso en la Academia de Artillería de Segovia. Testigo de la Revolución de 1854 la llamada «Vicalvarada», donde casi fallece a consecuencia de los tiroteos en las calles, como refirió en su obra, Pedro Sánchez. En esa época escribió La fortuna en un sombrero comedia que quedó inédita.
En el diario La Abeja Montañesa de Santander decidió iniciar una carrera periodística. Allí publicó sin firma o, sobre todo, con el seudónimo Paredes, críticas teatrales y esbozos costumbristas. Prueba suerte en el teatro con las piezas Tanto tienes, tanto vales, Palos en seco, Marchar con el siglo y Mundo, amor y vanidad.
Su primera obra notable: Escenas montañesas, le convirtió en una celebridad local. El mismo año puso su mirada en Madrid, donde empieza a publicar en El Museo Universal y colabora con otros autores en el libro colectivo Escenas de la vida, colección de cuentos y cuadros de costumbres. En su segundo libro, Tipos y paisajes, Pereda se esmeró sobre todo en el relato titulado Blasones y talegas.
Se casa con Diodora de la Revilla e inicia su carrera política presentándose como diputado carlista por el distrito de Cabuérniga. Salió elegido por escaso margen, en parte por la división del voto liberal. Eso le hizo ampliar sus amistades en Madrid y darse a conocer.
Sobre su experiencia política escribió la novela corta Los hombres de pro, incluida en su libro Bocetos al temple. Estimulado por sus amigos, volvió a la literatura iniciando una especie de segunda etapa en su obra, más centrada en la narración extensa realista. En la primavera de 1904 sufrió una apoplejía que le dejó hemipléjico del lado izquierdo y murió el 1 de marzo de 1906 en Santander.
Obras más destacadas: De tal palo tal astilla, Sotileza, La puchera, Peñas arriba, Al primer vuelo: Idilio vulgar, Baños del sardinero, Blasones y talegas, Buena gloria, El buey suelto.