Siguiendo nuestro repaso semanal a las calles que conforman nuestro Distrito Cerro-Amate, hoy vamos a detenernos en la calle Cándido Nocedal situada en la Barriada de Su Eminencia.
Cándido Nocedal y Rodríguez de la Flor fue un político, periodista y abogado nacido en la Coruña en el año 1821 y que falleció en Madrid en el año 1885. Fue miembro de la Real Academia Española y de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Estudió Derecho en la Universidad de Alcalá de Henares y después en la Central de Madrid. Desde joven era miembro del Partido Progresista muy vinculado a Baldomero Espartero en su conflicto con la madre de Isabel II, María Cristina de Borbón por la Regencia.
Después de ser promotor fiscal durante un breve período y de retomar sus actividades profesionales, fue redactor de La Gaceta de Madrid para dejar el puesto en beneficio de su escaño como Diputado por la provincia de Zaragoza. Vinculado en este periodo al Partido Moderado en 1847 su defensa de Ramón María Narváez frente al ataque de los progresistas le permitió ser nombrado Fiscal del Consejo Real, donde llegó a ser consejero, así como Subsecretario del Ministerio de la Gobernación.
En un nuevo giro político en su vida, después de permanecer apartado de la actividad política un tiempo, aunque manteniendo su puesto de diputado, participó en la Vicalvarada y fue uno de los que suscribió el Manifiesto de Manzanares.
En el Bienio Progresista fue un activo defensor del Partido Moderado que se encontraba en grave situación, y a él se atribuye haber podido mantener las filas del mismo organizadas frente a los movimientos de los progresistas y la aparición de la Unión Liberal de Leopoldo O´Donnell, con quien se enfrentó abiertamente, tanto en las Cortes como a través de la publicación satírica y neocatólica que fundó, El Padre Cobos.
Tan ardiente defensa de la reacción le permitió ser nombrado Ministro de Gobernación tras la caída del Bienio. Después, y aprovechando la holgada mayoría parlamentaria conservadora de las elecciones generales que había organizado desde el Ministerio, impulso la derogación de distintas leyes progresistas del periodo anterior, aprobando una Ley de Imprenta que es considerada la más restrictiva del periodo del reinado de Isabel II.
Durante el gobierno de la Unión Liberal se fue apartando progresivamente de la actividad política moderada para integrarse en los movimientos neocatólicos, se resistió incluso a la oferta de presidir el Congreso de los Diputados y ser embajador en Roma. Comenzó a publicar un nuevo diario, La Constancia, desde donde manifestaba su intención de detener a las fuerzas revolucionarias que amenazaban España. Con la Revolución de 1868 y tras la caída de Isabel II, decidió abandonar la causa monárquica de la reina y unirse a los carlistas. Don Carlos le nombró su representante en España y reforzó su posición aún después de perdida la Tercera Guerra Carlista.
Su actitud intransigente le obligó a abandonar España durante un breve período refugiándose en Portugal. Con la restauración borbónica, se mantuvo en la Comunión Católico-Monárquica y creó una nueva publicación, El Siglo Futuro, que se editará durante sesenta y un años hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936.