
Continuando con el repaso semanal de las calles que conforman nuestro Distrito Cerro-Amate, hoy vamos a detenernos en la Barriada Los Pajaritos, concretamente en la calle Jilguero.
El inconfundible y popular jilguero es una de las especies más comunes y extendidas en nuestro territorio, especialmente en el sur y algunos puntos del este peninsular. El jilguero suele agruparse en bandos mixtos con otros fringílidos que nomadean en busca de alimento. En invierno recibimos abundantes ejemplares procedentes de otras latitudes europeas, que se unen a la fracción sedentaria de la población. Debido a su aspecto y vistoso canto es frecuentemente capturado como ave de jaula.
Los jilgueros se distinguen con facilidad por el juego de vistosos colores de su plumaje. En la cabeza muestran una característica careta roja, junto a sendas manchas blanca y negra.
El macho en celo tiene un variado canto, que combina gorjeos muy diversos, aunque lo pronuncia sin la aceleración de los verdecillos. En vuelo emite tintineos cortos, penetrantes, que se entremezclan con gorjeos cortos.
Se halla presente en la práctica totalidad de nuestra geografía, incluyendo tanto las islas Canarias y las Baleares como Ceuta y Melilla. En nuestro país se ha citado una única subespecie residente, carduelis.
El anillamiento científico demuestra que a la Península Ibérica llega, en los meses de octubre y noviembre, un gran número de jilgueros que proceden o han pasado en su ruta migratoria por Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza, Bélgica, República Checa, etc.
Presenta una longitud de 12-13,5 cm, una envergadura de 21-25,5 cm, un peso de 14-19 g. y una longevidad de 8-10 años. Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a cierta confusión con hembras e inmaduros de otros fringílidos marronáceos, pero sólo en caso de que la observación no incluya el ala.
El macho y la hembra son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o bien en condiciones de observación muy favorables, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales generalmente más oscuras.