Continuando con el repaso a la nomenclatura que conforma el Distrito Cerro-Amate, hoy vamos a detenernos en la calle Enrique Granados sito en la Barriada Virgen de los Reyes.
Enrique Granados fue un pianista y compositor español nacido en Lérida en el año 1867, era hijo de padre cubano y madre gallega. Su disposición para la música se reveló ya en su niñez, estudiando los primeros elementos de solfeo, entró en la Escolanía de la Merced, así como también recibió lecciones de piano y armonía.
A los diez años de edad empezó a dar conciertos públicos. En 1887 pasó a París, donde estudió con C. de Bériot; en la capital francesa vivió con su amigo y coterráneo, el pianista Ricardo Vinyes. Regresó a Barcelona en 1889, donde dio un memorable concierto en el Teatro Lírico. En 1892 obtuvo un nuevo triunfo como concertista y como compositor al dar a conocer sus tres primeras Danzas.
Como pianista fue excelente colaborador de grandes violinistas como Manén, Isaye, Crikboom y Thibaud. También actuó al lado de Risler, Saint-Sáens y Malats en la interpretación pública de obras escritas para dos pianos. En una de las primeras “Festes de la Música Catalana”, obtuvo el primer premio; su Allegro de concierto fue laureado en un concurso nacional.
En 1910 envió sus composiciones para piano Goyescas al pianista Montoriol Tarrés, que residía en París. Tarrés estudió la obra y se entusiasmó con ella. La divulgó y pronto, ganado el apoyo de Vuillermoz, logró que la Société Musicale Independante organizara el 4 de abril de 1914 un concierto enteramente dedicado a Enrique Granados. El éxito fue rotundo y constituyó la consagración del joven compositor. A raíz de este concierto le fue concedida la Legión de Honor y recibió de Rouché, director de la ópera parisiense, el encargo de convertir las Goyescas en ópera, para su representación en París.
La representación de Goyescas, efectuada en el Metropolitan constituyó un éxito y Granados fue invitado por el presidente de los Estados Unidos para tocar en la Casa Blanca. Esta circunstancia fue causa de que el compositor perdiera el transatlántico que había de volverle a España. Cumplico su compromiso, no quiso esperar la salida de otro buque español y embarcó para Inglaterra, allí, en Folkestone tomó el “Sussex”, el cual a poco de zarpar, fue torpedeado y hundido por un submarino alemán. Granados y su esposa murieron ahogados. Se le tributaron homenajes póstumos en Barcelona, Lérida, París y Nueva York.
Además de las obras citadas se deben a Granados, entre otras, las siguientes obras: Bocetos, 12 Danzas españolas, Piezas sobre cantos populares, Valses poéticos, Madrigal, la ópera María del Carmen (1898), Follet, Picarol, Liliana (sobre textos de Apel·les Mestres), una nueva serie de Danzas españolas, Sardana, Rapsodia aragonesa, El Pelele, El canto de las estrellas (para piano, coro y órgano). Para canto y piano compuso Canciones amatorias, Tonadillas, Elegía eterna y el poema sinfónico Dante.